Famosos a la fuerza

Hasta las tantas de la madrugada en Europa y por muchos países del mundo, pudimos ver los esfuerzos por rescatar a los 33 mineros atrapados en la mina San José de Chile. La expectación fue tan grande, que algunos hasta se atrevieron a compararlo con llegada del hombre a la luna. Y es que muchos no pudimos conciliar el sueño esa noche, pendientes de la imágenes que en riguroso directo, nos llegaban por distintos canales de televisión. A pesar de que no conocíamos personalmente a ninguno de los trabajadores, a lo largo de estos meses fueron surgiendo datos sobre sus caracteres y cualidades humanas. Demasiadas preguntas estaban en el aire cuando se supo que todavía estaban vivos después del accidente, y aunque algunas de ellas tuvieron respuesta inmediata, otras muchas van a tener que esperar.




La vida de un minero es diferente a la de los demás trabajadores y dependiendo de las medidas de seguridad, puede llegar a ser un verdadero resucitar diario. En una de las mayores minas de sal del mundo, en Wieliczka (Polonia), que supera los 300kms de longitud, puedes sentir por unas horas, el agobio de vivir bajo tierra, entre galerías, vigas y paredes que cada vez descienden con más pendiente hacia abajo. Creo que nadie podría imaginar el pasar más de unas horas allí encerrado, sin posibilidad de salir, y resulta que estos 33 mineros de San José han estado 1656 horas, con la incertidumbre de si serían felizmente rescatados, por un gobierno que durante décadas no ha exigido a los empresarios las garantías necesarias de seguridad para sus trabajadores. El final ha sido feliz y el futuro estará asegurado para los ahora héroes de Chile que sepan explotarlo. Sin embargo no puedo menos que echar la vista atrás y observar las reivindicaciones de los mineros en Chile, cuando Violeta Parra y Víctor Jara cantaban sus canciones en apoyo a sus demandas. Cómo no recordar al Jara en su canto a los mineros cuando dice: Voy/Vengo/Subo/Bajo/Todo para qué/Nada para mí. Minero soy/A la mina voy/A la muerte voy/Minero soy.



De este modo y a la fuerza, estos 33 trabajadores se hicieron famosos en la mayoría de los paises de este mundo, que sólo parecen reaccionar, cuando las vidas humanas penden de un solo hilo. No obstante el despliegue informativo quizás pueda servir para que los gobiernos tomen conciencia de que la tragedia aparece de repente, a pesar de que avise todos los días con insistencia.