LA REVISTA DE LA ATEO




La pasada semana hablé de los maestros de la Asociación de Trabajadores de la Enseñanza de Orense (A.T.E.O.), y pudimos observar algunos de los principios que seguían aquellos maestros dedicados en cuerpo y alma a los niños. También conté algo de la publicación que tenían y sobre ella, hoy, quiero abundar un poco.

Escuela de trabajo era una revista pedagógica, mensual, que pertenecía a la ATEO. Su consejo de redacción estaba dirigido por Baltasar Vázquez y su secretario era Abel Carbajales. Entre los colaboradores había personas de ideas progresistas: D. Manuel Sueiro, ideólogos de la propia asociación: D. Antonio Fernández Carnicero y Luis Soto Fernández. Personas vinculadas al gobierno de la II República: D. Marcelino Domingo y D. Rodolfo Llopis y el Director de la Escuela Laica neutral: D. Hipólito Sinforiano Luengo, sita en la antigua calle Reina Victoria.


La publicación de la ATEO estaba dirigida a todos aquellos que querían que la enseñanza saliese del oscuro tunel en el que se encontraba. A esto había que añadirle las carencias que había a nivel social y económico. Los medios eran tan escasos, solo se invertía en la enseñanza privada, que las escuelas eran locales insalubres a los que los niños asistían con desagrado. Además las prácticas diarias eran de lo más sospechosas. Todavía me encuentro con antiguos alumnos de aquellas escuelas que me aseguran haber probado la temible vara de fresno. En el número 7 de septiembre de 1932 podemos leer con asombro el estado la situación valorado por algunos maestros: “ Después de leer a Édouard Claparède, Decroly, a Montessori ... se pregunta uno cómo será el buen maestro. Interrogad a un niño si su maestro es bueno o malo y os dirá de esas dos maneras “Si, o noso mestre é bo, non nos pega” o de esta otra: “é malo, pega moito” ¡QUÉ LÓGICA CONTUNDENTE ES LA INFANTIL! ” .
Las medidas para contrarrestar estos problemas, no pasaban precisamente por el corporativismo. En un pequeño manifiesto podemos leer: “Para qué vamos a guardarle el secreto a nadie: El Maestro que, por no tener criterio propio, piensa, en política, como piensa el Inspector de su Zona, el Director General de Primera Enseñanza o el Alcalde de su pueblo, es un acreditado MISERABLE.”

La aplicación en nuestra sociedad de las revindicaciones de nuestros maestros de la ATEO, siguen teniendo mucha actualidad en muchos sentidos. El que quiera entenderlo como una lucha por lo anticlerical, por lo antirreligioso o por lo extrictamente ateo, no ha entendido, o no quiere entender que lo que se pretende es, una vez más es, luchar por la separación de competencias, ámbitos y poderes. Siempre que el poder político estuvo huspiciado por el religioso, o viceversa, el atraso y el conflicto estaba servido. Todavía creemos saber que la educación en valores proviene del autocastigo y disciplina personal, eso nos han enseñado algunos.

Desde la libertad, desde la libre elección podemos aprender a optar por lo que conviene, desechando lo contingente y madurando hacia lo positivo. La religión es una viviencia que a nivel espiritual puede llegar a hacerse realidad, tras el conocimiento de un Dios personal. Dentro de su ámbito de actuación es necesaria y positiva. Fuera de sus límites, fomenta el ateísmo, al identificarla con un Dios que nada tiene que ver con ella.

En la revista de los maestros de la ATEO tenemos una petición final para los niños: “ alegria biológica, que no es la alegría artificiosa y alcohólica de la burguesía... Os saludamos con este grito, camaradas trabajadores de la enseñanza del mundo: alegría biológica para el niño.”
Un proyecto de ley de modificación de la libertad religiosa está en marcha hacia un Estado laico. Habrá que ver si hay voluntad política para avanzar, o negligencia y sumisión para retroceder.

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